Acudimos a un microrrelato para tratar de definir qué nos traemos entre manos. Se trata del texto "¿Qué es un microrrelato?" de Juan Sabia, publicado en la antología "Por favor, sea breve 2" de la editorial Páginas de Espuma:
La pregunta fue el detonante para poner en marcha su intelecto. Lo tentó el desafío de capturar la definición huidiza. Sus pensamientos, embarcándose en una cuenta regresiva, se engranaban como piezas de un aparato de relojería. ¿Sería un cuento en miniatura? Le ardieron las mejillas. ¿O un chiste repentino? Le sudaba la frente. ¿Reflexiones certeras? Las sienes le latían. ¿Prosa poética súbita? Se le nubló la vista. ¿Una ocurrencia breve? Un zumbido creciente se instaló en sus oídos. ¿Anécdota efímera, narración concisa? Un temblor imparable se generó en su centro. ¿Fábula rápida, relato precario, idea inesperada? En pleno arrebato, vivió con alivio de condenado a muerte su propia explosión.
Sonrió. Tal vez fuese esto: el detonante en la primer línea y, unos pocos renglones más abajo, el estallido imprevisto. Y se puso a escribirlo.
Andrés Neuman, en su libro de cuentos Alumbramiento dice: "La teoría en la que confío no viene antes, sino después de la escritura. No la planea, la va descubriendo. O quizás esa teoría se forme durante la escritura, como un cuaderno de bitácora de la asombrada práctica". Dejamos aquí unos buenos consejos de Andrés de su "Décálogo de un cuentista":
I.- Contar un cuento es saber guardar un secreto.
II.-Aunque hablen en pretérito, los cuentos suceden siempre ahora. No hay tiempo para más y ni falta que hace.
III.-El excesivo desarrollo de la acción es la anemia del cuento, o su muerte por asfixia.
IV.- En las primeras líneas un cuento se juega la vida; en las últimas líneas, la resurrección. En cuanto al título, paradójicamente, si es demasiado brillante se olvida pronto.
V.- Los personajes no se presentan: actúan.
VI.- La atmósfera puede ser o más memorable de argumento. La mirada, el personaje principal.
VII.- El lirismo contenido produce magia. El lirismo sin freno, trucos.
VIII.- La voz del narrador tiene tan poca importancia que no debe escucharse demasiado.
IX.- Corregir: reducir.
X.- El talento es el ritmo. Los problemas más sutiles empiezan en la puntuación.
XI.- En el cuento, un minuto puede ser eterno y la eternidad caber en un minuto.
XII.- Narrar es seducir: jamás satisfagas de todo la curiosidad del lector.
Tarea de escritura
Propusimos como tarea escribir un microrrelato, empleando las técnicas de la inversión, el cambio de contexto o la literalidad.
Y estos son algunos de los trabajos recibidos:
Boquiabierta
Y estos son algunos de los trabajos recibidos:
Pinchó en hueso
No tuvo suerte el toro. Al
entrar a cornear, pinchó en hueso, lo que le produjo un inmenso dolor en su
pitón izquierdo. El afeitador se había sobrepasado dejando la médula al
descubierto. No pudo volver a intentarlo. El torero se fue de vuelta al hotel.
¡Sorpresa!
Presa de sus hábitos, vaya
sorpresa que se llevó al quitárselos.
Aumenta la familia
No se anduvo por las ramas, la
cigüeña bajó por la chimenea, anunciando a todos mientras comían, la buena
nueva.
Antonio Castaño
Hipótesis fantástica
El mundo ha cambiado. Funestas deidades que habitan en las estrellas,
se han convertido en enemigos del hombre y de este planeta tierra.
Desde allí han enviado destrucción. Envidiosos y celosos, del poder
otorgado al hombre por la creación.
Han hecho de éste lugar inhóspito.
En el aire se respira odio y maldición
En el mar ya no se refleja el azul del cielo, sino el negro de sus
abismos
La línea del horizonte, antes faro vigía es ahora imagen de la
desolación
A tal precio ha pagado el hombre el tener una misión que aunque mortal,
acarrea con ella y transciende eternamente.
Teoría de la duda y la certeza
“Pienso, luego existo” O existo, luego pienso
Por qué existo. Si la consciencia de mí yo está orquestada por la
imaginación y el mundo es externo a mí. Sólo me queda pensar...qué no sé qué
pensar...
M. Carmen Alonso
Más allá del 63
Aburrida de tanto "y tiro
porque me toca " irrumpió en el otro lado del tablero.
Las cuatro fichas azules, que
prácticamente acababan de salir, saltaron dentro del cubilete en busca de la
protección del dado.
Las rojas escaparon por detrás.
Huyeron despavoridas siguiendo el camino por el que llegó la oca. Decididas a
buscar refugio en la posada.
Las verdes, temblorosas.
Intentaron mimetizarse con su color, volviendo a casa.
Pero fue demasiado tarde para
las amarillas color maíz. A Las tres primeras las engulló en un abrir y cerrar
de ojos. Con la cuarta en el pico, se sentó a descansar en el centro del
tablero.
Estaba aburrida de llegar al
63. Se sentía preparada para explorar nuevos horizontes.
Sara Diego
Refrán: “En boca cerrada no entran moscas.”
Desconocedora de la discreción era incapaz de
guardar silencio. Palabras laceradas salían de su boca como a borbotones. Ese
día “La Criticona”, como así era apodada, cerró la boca a cal y canto y la
mosca que llevaba ya un rato rondándole los labios se hizo okupa de aquel
húmedo espacio.
¡Prudenta! le gritaban al cambiarse de acera.
Pinceles
Microrrelato con Inversión Temporal.
Sé que mañana no fue uno de mis mejores días. El
gesto de Damián me desdibujó el cuadro que ya guardé enmarcado. Hoy me recreo
con cada pincelada de un retrato perfecto. Ayer esperaré expectante la reacción
de su destinatario.
Sonsoles Palacios V
Excentricidad
Suele abrir las ventanas por
la noche porque así, con la límpida luz de la luna, se pone los ropajes
estrellados. Los días de sol, bochornosos y densos, intenta oscurecerlo todo y,
con los ojos cerrados, se desnuda despacio para dejar que sea el intenso oscuro
quien le cubra la piel. Cuando tiene calor se abriga exageradamente y así el
sudor se lleva todo lo que para ella ya es sobrante. Con las primeras nieves mete
sus pies, entumecidos por el frío, en una palangana con témpanos de hielo
porque de esta manera pone ella a calentar ese circuito interno del cuerpo que
la habita.
Hay quienes suelen llamarla
loca y ella, esbozando una sonrisa, les responde: “Cuántos querrían saber lo
feliz que me siento”.
Palabras Crónicas
Sonó el
despertador y en orden cronológico comenzó su crónica diaria. Cronometró el
tiempo empleado en el aseo personal y, tras desayunar, sincronizó el viejo
reloj de péndulo, al que cronológicamente los muchos años estaban haciendo
crónico su retraso. Luego cogió el cronómetro. Ya en la calle y desde un punto
fijo, pulsó el botón y comenzó a correr. Al regresar al mismo punto de partida
comprobó, cronométricamente, que había conseguido mejorar cada una de sus
cronos anteriores.
Era cronista
deportivo y sus crónicas eran posiblemente las mejores.
Todo en él
comenzaba a ser crónico, como crónica estaba siendo ya su vida emocional: Su
amor no estaba sincronizado con el de su pareja.
Sonsoles
Palacios V.
Hilvanando palabras